Cursar la universidad es una etapa singular en la que se debe dejar a un lado la  protección que hasta ese momento ofrece el hogar y comenzar la aventura de ser personas independientes. En una residencia para estudiantes, se logra en gran parte dicha emancipación, principalmente a través de la sociabilidad con personas que recién conozcas y que aportarán nuevas experiencias a tus propias vivencias.

En tal sentido, posiblemente se harán nuevas amistades, experimentaras incontables horas de estudio e instantes inolvidables. Sin embargo, aunque es claro que el rendimiento académico es necesario para alcanzar la meta planteada, la convivencia con nuevos amigos es  precisa en esta fase de vida.

Por lo tanto, una residencia para estudiante, es el lugar exacto para alcanzar no solo el cumplimiento del objetivo universitario, sino además poder desarrollar de manera adulta relaciones sociales con el entorno. Hacer amigo, pertenecer o identificarse con un grupo o miembros en particular, e incluso, tener relaciones de pareja, uno de los vínculos más importantes en esta etapa.

No obstante, es necesario tener siempre el objetivo académico, como la meta  principal por la cual estamos comenzando esta etapa. No perder el rumbo es la consigna y estos alojamientos otorgan un aporte importante a ello, debido a que si se trata de un lugar con espacios adecuados y cómodos para el desempeño apropiado de las labores estudiantiles, será sin duda, un gran estímulo para concretar lo establecido.

Por supuesto, también es importante como se mencionó al principio que existan relaciones sociales que permitan al joven estudiante sentirse a gusto. Esto integrado a un buen ambiente para el estudio fuera del campus, como lo que pueda ofrecer una residencia para universitarios, crea el contexto propicio para labrar el  camino a la autonomía del futuro profesional.